miércoles, 18 de mayo de 2011

Álvarez Gardeazábal: amigo y maestro. Por Por Darío Henao Restrepo. Mayo 14, 2011

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Continuación y complementaciones a:
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Álvarez Gardeazábal: amigo y maestro

Por Darío Henao Restrepo *

Decano de Humanidades de la Universidad del Valle

Fragmentos del texto leído por el Decano Henao Restrepo durante la ceremonia ** de imposición de un Doctorado Honoris Causa en Literatura a Gustavo Álvarez Gardeazábal ( 1 ) el 14 de Mayo de 2011, en los salones del Hotel Guadalajara de Buga, por parte del Rector y el cuerpo docente de la Universidad del Valle. (NTC ... agradece al autor por facilitarnos el texto. Los enlaces son nuestros. Este texto también se publicó en la web del Centro Virtual Isaacs de la UV , CVI: http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs/index.php?option=com_content&task=view&id=1598&Itemid=101 )

Darío Henao Restrepo durante su intervención.

Video (10:23 min) de la intervención completa:

http://www.youtube.com/watch?v=9lBqpqUf2wQ

Fotografías y grabaciones: María Isabel Casas R. , de NTC ...

En el mundo existen lugares casi míticos; ámbitos donde alguna vez, en secreto, habitaron la ilusión y la felicidad. Esos lugares, por algún influjo misterioso de la presencia de algunos hombres, y no delatado por la magia de la razón, escapan a las fuerzas inclementes que rigen el olvido y la perdición y para el bien y la plenitud de la vida, persisten en la memoria de las generaciones.

Así sucede con ciertos espacios de Cali y la Universidad del Valle, donde desde hace años viven la imagen y la palabra de Gustavo Álvarez Gardeazábal. Aún está en la memoria de sus estudiantes, un pequeño parque en el camino hacia la facultad de ingeniería el mismo que él bautizará, irónicamente, como "El Jardín de Freud", donde por años los jóvenes militantes de las distintas ideologías hicieron antesala al conocimiento, y en paciente actitud esperaban, después del mediodía, bajo la sombra de los árboles, ver aparecer al escritor, al polemista, al crítico literario, pero sobre todo, al auténtico profesor de literatura que fue Gustavo Álvarez Gardeazábal para marchar tras él y oír sus clases.

De su mano leímos Diles que no maten, Macario, El llano en llamas, o Pedro Páramo. Y cómo no recordar la lectura de Los ríos profundos de José María Arguedas, que nos introdujo en esa maravillosa cosmovisión del Perú indígena en medio de nuestra convulsionada América Latina de los años sesenta. La lectura de las novelas de Arguedas fue decisiva para mi formación y para las utopías de cambio de los jóvenes de entonces. También fue fundamental la lectura de Albert Camus. Las evocaciones de los Carnets, El hombre rebelde y la discusión Camus - Sartre sobre los medios y los fines, fueron esclarecedoras y de mucha conveniencia. Muchos años después con Fernando Cruz Kronfly volvimos al asunto de los medios y los fines, a todo aquello que Álvarez Gardeazábal había propuesto como reflexión.

En la magna obra de Marcel Proust, con su memoria asombrosa, nos introdujo tomo a tomo, sin dejar personaje o situación sin analizar en esta vasta recreación de la sociedad francesa. Igual sucedió con Thomas Mann y La montaña mágica y Los Buddenbrook. Para no hablar de Cortázar, Vargas Llosa, Carpentier, Puig, Sábato o Borges, cuyos textos fueron objeto de estudio en sus clases. A todos interpretaba muy a su manera, con pasión, buscando acercar sus alumnos a los signos de los textos, sin forzarlos con teorías y esquemas.

Vale destacar los congresos y seminarios que organizó en los años setenta. Invitó escritores como Luis Rafael Sánchez, Manuel Puig, Juan Rulfo, Manuel Mejía Vallejo, Ernesto Sábato, Clarice Lispector y a Vargas Llosa * y Camilo José Cela, que años después serían Premios Nobel. Permitiendo a los estudiantes escuchar y tener contacto con importantes escritores, además de mostrar cuan ligado estaba él a la literatura y la cultura de Iberoamérica. Estas iniciativas abrieron el camino de lo que hoy hacemos en la Feria del Libro del Pacifico liderada por la Universidad del Valle.

El estudio de la filosofía y las letras refieren historias de raros maestros con no menos curiosos métodos de enseñanza; maestros que usaron la pregunta socrática como método indagador del conocimiento; desde Oriente nos relatan cómo libres pensadores taoístas usaron la paradoja como camino de enseñanza para esclarecer la sabiduría en la mente de sus alumnos; he escuchado que

en el Indostán existe la forma poco convencional y nada dialéctica de enseñar con el silencio; Álvarez Gardeazábal al inicio de cada clase bastaba el movimiento dialogante de sus manos y tres frases sabias para iniciar su método. Con el hechizo de sus artes orales, ocultaba ante nosotros al insigne escritor de novelas y cuentos, bastaban sólo segundos de prestidigitador para que neutralizara al puntilloso polemista y detractor que a diario en sus artículos de prensa debatía el destino de la ciudad, y dejara ante el auditorio y ante sus estudiantes al mordaz catedrático que fue y que todos los que fuimos sus estudiantes recordamos.

Uno de los aciertos de su incansable misión educadora y de su singular método, fue la autenticidad, no repetir jamás la idea de ningún crítico literario, ni rezar la plegaria de moda, pues entre sus aciertos, elaboraba su punto de vista sobre la obra de los grandes maestros de la literatura mundial, sometidos a la dinámica inclemente del debate en sus clases.

Conozco muchas personas que podrían contarnos infinidad de anécdotas irónicas sobre la vida del escritor, el periodista y sobre todo del hombre público, pero también sé de buenos escritores que le reconocen en el íntimo secreto de su arte como el maestro, como el influjo gestor de sus novelas, porque acaso no pasó por sus consejos y por su crítica la vida de esos alucinantes jóvenes caleños creados por Andrés Caicedo, o no ha estado sometida a su diálogo la de Marco Tulio Aguilera Garramuño y Edgar Collazos, quien ha dicho no hubiera escrito El demonio en la proa, sin sus enseñanzas. Todo esto porque mas allá de la detracción de los siempre sabios pareceres de su ganso Filopotes, más allá de su Boba y su Buda, más allá de los límites de sus bazares de idiotas célebres y del vuelo incansable de sus cóndores, Gustavo Álvarez Gardeazábal es de esos hombres que contaminan de magia los ámbitos donde habitan los espacios de la memoria.

* darhenao@gmail.com

Fragmentos del texto leído por el Decano Henao Restrepo durante la ceremonia de imposición de un Doctorado Honoris Causa en Literatura a Gustavo Álvarez Gardeazábal el pasado 14 de Mayo, en los salones del Hotel Guadalajara de Buga, por parte del Rector y el cuerpo docente de la Universidad del Valle.

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** Gustavo Álvarez Gardezábal, Doctor Honoris Causa, Universidad del Valle. Buga, Mayo 14, 2011. , http://literaturaenelvalle.blogspot.com/2011_05_14_archive.html

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* De: http://ntc-narrativa.blogspot.com/2010_10_08_archive.html

EN 1974
- De: Carmiña Navia Velasco
Fecha: 8 de octubre de 2010 16:41
Asunto: Rv: MARIO VARGAS LLOSA EN CALI 1974
Para: diario@elpais.com.co

En su edición de hoy, el diario El País habla de una única venida de Vargas Llosa a la ciudad, durante 11 horas, para recibir el premio de novela La Otra Orilla. Pues bien, esta es una información falsa.

Vargas LLosa vino a la ciudad en 1974, estuvo en ella dos días y tomo parte en un Congreso de Literatura Hispanoamericana organizado por Gustavo Alvarez Gardeazabal. Les adjunto un testimonio gráfico de este viaje. (Click sobre las imágenes para ampliarlas. Click en "Atrás" en la barra para regresar al aquí)

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Esta foto fue tomada en Cali en agosto de 1974 en el Congreso de Literatura Hispanoamericana en el Museo La Tertulia, sentado en la fila anterior el presidente del Congreso Gustavo Alvarez Gardeazabal conversando con Mario Vargas Llosa,el novelista chileno Fernando Alegria y el critico peruano Jose Miguel Oviedo.

Creo que esta información debe ser rectificada en el periódico.

Atentamente, Carmiña Navia Velasco. cc. 38996050 de Cali

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