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SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIÓN al 22 de Abril, 2014
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*** 23 de Abril, 2014. Palmira (Valle, Colombia), 7:30 pm
--- El espejo y la moneda *. Julio César Londoño. Presentación del libro por su autor. Con su ya célebre prosa, Julio César Londoño estudia en este volumen la moda, esa geometría frívola, ese río que pasa y queda. La ciudad, perímetro de leyes y trampas, de fuentes, jardines y cloacas. El sexo, el más obsesivo de todos los fuegos. La invención de la belleza y el nacimiento del individuo. La historia de los metales: el puñal, el arado, el espejo y la moneda. El oro y los libros. El número y las cosas. El vino, el fútbol y Google. Los genios precoces. Lugar: Bar El balcón del ratón, calle 32 # 24-36, Palmira.Entrada libre. * 194 páginas. Bando Creativo Editorial,. Cali. www.elbandocreativo.com ,bando@elbandocreativo.com / * http://literaturaenelvalle.blogspot.com/2013_02_21_archive.html
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SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIÓN a 2 de agosto de 2013
Lanzamiento del libro:
El BANDO CREATIVO. Cali. Nueva sede, inauguración. Lanzamiento de libros. Agosto 1, 2013
http://ntc-eventos.blogspot.com/2013_08_02_archive.html
Allí: Videos con la presentación por el poeta Javier Tafur Gónzalez y con la intervención del autor, Julio César Londoño
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El espejo y la moneda
Julio César Londoño
Editorial El Bando Creativo
194 Paginas. 17.5 x 24.0 x 1.5 cms
Diciembre 2012
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Con su
ya célebre prosa, Julio César Londoño estudia en este volumen la
moda,
esa geometría frívola, ese río que pasa y queda. La ciudad, perímetro
de
leyes y trampas, de fuentes, jardines y cloacas. El sexo, el más obsesivo de
todos
los fuegos. La invención de la belleza y el nacimiento del individuo.
La
historia de los metales: el puñal, el arado, el espejo, la moneda. Las primeras
ideas
del hombre primitivo. El oro y los libros. La historia de la Universidad.
El
número y las cosas. El vino, el fútbol y Google. El CI de la mujer. Los genios
precoces.
Es un
libro que sabe interrogar con rigor muchos asuntos cotidianos, y
especula
sobre ellos de manera delicada y musical.
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JULIO
CÉSAR LONDOÑO
Premio
de Periodismo Rodrigo Lloreda,
Cali, 2012
Finalista
Premio Planeta de Novela,
Madrid,
2007
Premio
de Cuento Juan Rulfo,
París,
1998
Premio
Plural de Ensayo,
México,
1992
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Un
libro escrito con un arte
combinatorio de humor, rigor y poesía
en
proporciones exactas.
ROBERTO
CARO
El
único antídoto contra el temor que
me
producen los aviones son los libros
de
Julio César Londoño.
WILLIAM
OSPINA
El
rasgo más vivo de la escritura de
Julio
César Londoño es el humor.
Detrás
de sus epigramas, de sus
"pasabolas"
de marfil, de sus celadas
y
revelaciones, hay ironía y un gozo
malicioso
que arroja pimienta y luz
sobre
los más diversos asuntos. Sus
textos
compactos, formalmente
impecables,
nos producen siempre una
sonrisa,
es decir, "una línea curva que
lo
endereza todo".
JOSÉ
ZULETA ORTIZ
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El espejo y la moneda
La Plana. Por Julio Cesar Londoño
El País, Cali, Febrero 20 (.com) y 21, 2013.
Cuando me preguntan por qué escribo ensayos, nunca sé qué decir. El primer impulso es contestar “porque sí… porque me gusta”, pero entiendo que la gente espera que un escritor sepa dar cuenta, al menos, de los asuntos relacionados con su oficio. Entonces ensayo respuestas. A veces digo que hago ensayos para pensar con cierto orden en algunos temas. Otras veces, digo que los hago porque no sé hacer aforismos, una suerte de ensayos brevísimos escritos por unos miniaturistas que saben dar cuenta de la introducción, el desarrollo y la conclusión de un asunto complejo, en una sola línea.
Otras veces, cuando amanezco feliz por algún desarreglo del sistema nervioso, el optimismo cunde como una fragancia balsámica, siento que todo lo puedo y que escribimos ensayos para enriquecer los debates, para pensar tribalmente, para que la democracia deje de ser una bonita palabra, el mundo se salve y la civilización prevalezca.
El resto del tiempo, hago mía la frase de Chesterton: “Mis enemigos saben que puedo escribir un libro a la menor provocación”.
Por alguna de estas razones hice, con El Bando Creativo, El espejo y la moneda, un libro donde el lector encontrará un capítulo sobre ‘La moda’, una industria que me interesa por su incesante creatividad, porque constituye un “imperio efímero” (Lipovetsky), porque la moda pasa y queda, como los ríos, y porque es una suerte de geometría sinuosa y frívola que cubre el cuerpo de la mujer sólo para resaltar sus formas y hacerlo aún más inquietante.
En el capítulo ‘La ciudad’ incluí reflexiones sobre las primeras ideas del hombre primitivo, sobre los metales (el puñal, el arado, el espejo, la moneda), la invención de la belleza, el nacimiento de la individualidad y la aparición de la ciudad, artefacto y laberinto, perímetro de leyes y trampas, de fuentes, jardines y cloacas. La ciudad… cuna, y tal vez tumba, de la especie humana.
En ‘El número y la cosa’ hay artículos relacionados con la historia de los libros, las ‘partículas’ últimas de la materia, la matemática y la Universidad.
‘Sombras exactas’ contiene cuatro biografías de hombres anómalos: el hermoso pirata digital Steve Jobs, el cocinero Leonardo da Vinci, Baruch Spinoza, “un hereje ebrio de Dios”, y Tomás de Aquino, el santo que soñó la imposible combinación de lógica y fe. Hay también aquí una fábula sobre el encuentro de Kafka y Einstein, y un ensayo sobre los genios precoces.
Alguien dijo que Dios hizo al gato para que el hombre pudiera acariciar al tigre. Me gusta esta frase por su tersura y porque siento que los ensayistas de divulgación hacemos un trabajo similar: procuramos que el hombre de la calle puede acercarse a la obra del genio. Somos una especie de carteros que llevan mensajes complejos en lenguaje amable. Si me lo permiten, les diré que no puedo imaginarme un oficio más lindo, humilde y necesario.
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P.D.: Recibí con mucha emoción la solidaridad del periódico, de mis colegas y de cientos de lectores ante la tutela impetrada contra La Plana por el gobernador del Valle. Para ellos, para la juez Yolanda Arboleda y mi brillante abogado Juan José Saavedra, toda mi gratitud, es decir, “la memoria del corazón”.
Quedan, pues, notificados los príncipes: al periodismo se lo rectifica con obras, no con leguleyadas.
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